
🌿“¿Por qué cuando me acerco se alejan, y cuando me alejo se acercan? Siempre me pasa lo mismo… ¿Qué está pasando?”
- Marcelo Gallo
- Nov 16
- 5 min read
Guía extensa para entender el patrón, reconocer tu lugar en él y empezar a transformarlo
Muchísimas personas —muchas más de las que imaginás— llegan a terapia con esta misma pregunta. A veces con angustia, a veces con frustración, otras veces con cansancio:
“¿Por qué repito esta coreografía? ¿Por qué cuando muestro interés se enfrían y cuando suelto vuelven? ¿Qué tienen mis vínculos que siempre terminan igual?”
La buena noticia es esta:
lo que te pasa tiene una explicación emocional clara y tiene salida.
No está hablando de tu valor personal ni de una falla de tu personalidad.
Está hablando de patrones de apego y regulación emocional que se activan en la relación.
Vamos a desarmarlo bien.
🧩
1) El ciclo que se repite sin que lo elijas
En muchos vínculos aparece una secuencia que se siente casi matemática:
Cuando vos querés acercarte, la otra persona marca distancia.
Cuando vos marcás distancia, la otra persona se acerca.
Y no sólo eso:
Cuando vos necesitás más, el otro parece necesitar menos.
Cuando vos soltás, el otro parece reactivarse.
La sensación interna es desconcertante:
“¿Qué es esto? ¿Un juego? ¿Manipulación? ¿Soy yo? ¿Es el otro?”
En realidad, no es ninguna de esas cosas.
Es una dinámica complementaria entre dos sistemas nerviosos que regulan la intimidad de manera distinta.
🧠
2) ¿Qué está pasando debajo?
Lo que suele pasar es que dos estilos emocionales distintos se encuentran y se activan entre sí.
Podés estar viviendo una de estas dos combinaciones:
🔵
A) El modelo ansioso–evitativo (el más común en vínculos reales)
Uno regula la ansiedad acercándose.
El otro regula la ansiedad alejándose.
El ansioso: busca cercanía, contacto, claridad, señales afectivas.
El evitativo: necesita autonomía, espacio, baja demanda emocional.
Ambos tienen razón desde su punto de vista.
Ambos están tratando de calmar su sistema nervioso.
Pero cuando se encuentran, se produce un bucle:
Cuanto más vos buscás, más siente el otro que pierde control → se aleja.
Cuanto más vos te alejás, más siente el otro que puede perderte → se acerca.
La dinámica no es racional.
Es visceral.
🔴
B) El modelo borderline–narcisista (una versión más intensa del anterior)
No significa que vos o tu pareja tengan esos diagnósticos.
Son patrones de funcionamiento emocional, no etiquetas.
En este modelo:
La persona con rasgos borderline vive emociones muy intensas, miedo al abandono, urgencia afectiva y un deseo profundo de conexión estable.
La persona con rasgos narcisistas protege su vulnerabilidad evitando mostrar fragilidad, controlando la distancia emocional o reaccionando con irritación cuando se le demanda más de lo que puede dar.
El ciclo es similar al anterior, pero más fuerte:
idealización
tensión
retiro
pánico
acercamiento
alivio
reinicio
Y la percepción subjetiva suele ser:
“Nunca viví algo tan intenso, aunque me haga daño.”
Esto ocurre porque la intermitencia afectiva activa el sistema dopaminérgico de recompensa.
No es magia.
Es neurobiología del apego.
🔍
3) ¿Cómo reconocer tu lugar en el patrón? Autoevaluación extensiva
Estas preguntas sirven para identificar desde dónde estás funcionando.
No para juzgarte, sino para entenderte.
🟢
Si estás del lado ansioso / borderline (el que busca)
Preguntate:
¿Mis emociones suben o bajan según cómo me responde la otra persona?
Ejemplo: un mensaje te calma, un silencio te angustia.
¿Siento que cuando me alejo lo hago desde el dolor, no desde la elección?
Como si no quisiera alejarme, pero tuviera que hacerlo.
¿La distancia del otro me dispara miedo, enojo o hiperinterpretación?
¿Siento una urgencia muy fuerte por reparar un conflicto de inmediato?
¿Me cuesta distinguir entre lo que siento y lo que está pasando realmente?
¿Necesito señales explícitas de cariño para regularme?
Si varias son “sí”, tu sistema está entrando en hiperactivación de apego.
🔵
Si estás del lado evitativo / narcisista (el que se aleja)
Preguntate:
¿Me siento invadido o atrapado cuando alguien me pide más cercanía?
¿Siento que si muestro vulnerabilidad pierdo autonomía o poder?
¿Me irritan las conversaciones emocionales intensas?
¿Me siento presionado cuando el otro me dice “te necesito” o “hablame”?
¿Tienden a buscarme con más fuerza cuando yo estoy tomando distancia?
¿Siento que la persona está “exagerando”, pero en el fondo sé que no quiero hablar del tema?
Si varias son “sí”, tu sistema está entrando en desactivación de apego.
🧶
Preguntas para detectar la danza completa
¿Cuando yo me acerco, la otra persona se aleja?
¿Cuando yo me alejo, la otra persona se acerca?
¿Hay momentos muy intensos seguidos de silencios abruptos?
¿La relación se siente impredecible?
¿Hay una sensación de “adicción emocional” al alivio del reencuentro?
¿Tengo la sensación de que estamos regulando algo viejo, no algo del presente?
Si te resuena, estás describiendo exactamente la danza ansioso–evitativa o su versión más intensa.
🛠️
4) ¿Y ahora qué hago? Intervenciones prácticas según tu modo afectivo
🟢
Si estás del lado ansioso / que busca
Tu tarea principal es regular antes de responder.
1) Regulación en el cuerpo
Antes de escribir, esperar o preguntar:
3 respiraciones largas + notar qué parte del cuerpo se activó.
No para “aguantar”, sino para recuperar agencia.
2) Separar emoción de realidad
Escribir:
“Estoy sintiendo miedo al abandono.”
“No significa que me estén abandonando.”
Este micropaso cambia decisiones enteras.
3) Límites que te den dignidad
Preguntarte:
¿Qué hago por miedo que no quiero hacer más?
¿A qué no estoy accediendo por no molestar?
¿Cómo sería un pedido respetuoso, sin urgencia?
4) Hablá desde vos, no desde la demanda
En vez de: “¿Por qué me ignorás?”
Probar: “Cuando no sé de vos me pongo ansioso, me ayudaría que me digas si estás con mil cosas.”
Pequeños cambios → grandes consecuencias.
🔵
Si estás del lado evitativo / que se aleja
Tu tarea principal es reemplazar el corte por la pausa regulada.
1) Pausas sanas
“Necesito 20 minutos para ordenar lo que siento. Después estoy disponible.”
Es un puente, no una puerta cerrada.
2) Microvulnerabilidades
No tenés que abrirte de golpe.
Pero sí dar señales mínimas:
“No sé cómo decir esto, pero estoy acá.”
“Me cuesta este tipo de conversaciones, pero quiero escucharte.”
3) Identificar tu miedo
Preguntate:
¿Temo ser insuficiente?
¿Temo que se den cuenta que también necesito a alguien?
¿Temo perder independencia?
Nombrarlo te vuelve más libre.
🧭
Para ambos
1) El termómetro relacional
Una vez al día:
¿Cuánta cercanía necesito? (0–10)
¿Cuánta puedo ofrecer hoy? (0–10)
¿Qué necesito pedir?
¿Qué límite necesito marcar?
2) Chequeo de realidad
¿Estoy reaccionando a HOY, o a una historia vieja?
3) Líneas rojas que protegen a ambos
respeto mutuo
pausas sin castigo
no desaparecer por días
transparencia básica
no escalar discusiones en intensidad
✨
5) La conclusión que más alivia a quienes leen esto
No estás repitiendo este patrón porque tengas algo roto.
No es que “siempre te pasa lo mismo” porque no aprendiste.
No es que atraigas personas indisponibles por destino fatal.
Lo que estás repitiendo es un modelo de regulación emocional que tu sistema nervioso aprendió, muchas veces muy temprano en la vida, y que ahora intenta aplicar a todos los vínculos importantes.
Y si lo aprendiste, podés desaprenderlo.
Si lo repetís, podés transformarlo.
Si lo entendés, dejás de quedar atrapado en él.
El primer paso es este: nombrarlo, entenderlo, ver dónde te para, ver qué se enciende en vos.
Lo demás aparece con práctica, acompañamiento y un poco de paciencia hacia vos mismo.





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