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Cuando el amor se vuelve algoritmo: El bloqueo emocional frente al exceso de opciones

  • Writer: Marcelo Gallo
    Marcelo Gallo
  • May 19
  • 4 min read

¿Por qué nos cuesta tanto vincularnos de verdad en una época donde las posibilidades parecen infinitas?


Las aplicaciones para conocer gente prometen un mundo de oportunidades: conexión inmediata, compatibilidades filtradas por intereses, y una interfaz que imita el juego. Sin embargo, muchas personas reportan frustración, fatiga emocional y dificultad para comprometerse. Lejos de ser un problema personal, esto responde a mecanismos psicológicos, culturales y neurobiológicos bien documentados.


Este artículo explora el fenómeno conocido como la paradoja de la elección (Schwartz, 2004) y cómo impacta específicamente en los vínculos afectivos mediados por plataformas digitales.





1. El exceso de opciones genera parálisis



La idea de que tener más opciones nos hace más libres y felices es una intuición moderna… y falsa. El estudio clásico de Iyengar y Lepper (2000) demostró que cuando se ofrecían 24 tipos de mermelada, las personas eran menos propensas a comprar que cuando se ofrecían solo 6. Traducido al mundo de las citas, demasiados perfiles generan inacción.



Mecanismo subyacente: Sobrecarga cognitiva



El córtex prefrontal dorsolateral, responsable de evaluar alternativas y planificar, se sobrecarga cuando el número de opciones supera la capacidad de procesamiento consciente (Padoa-Schioppa, 2011). Esta sobrecarga lleva al efecto de parálisis por análisis, una forma de bloqueo donde el sujeto posterga indefinidamente la decisión.


“La libertad de elegir puede volverse una tiranía cuando la mente no logra integrar la información disponible” – Schwartz, 2004.





2. El sesgo de optimización perpetua



En muchas apps de citas, tras cada match está la promesa (implícita o explícita) de que el próximo será mejor. Esto activa un sesgo conocido como “la ilusión del control”: creemos que al tener más opciones, podemos encontrar una elección perfecta. Pero esa búsqueda genera agotamiento psicológico.



Evidencia neurobiológica: El circuito dopaminérgico del “scroll”



El sistema de recompensa cerebral, especialmente el estriado ventral, responde no solo a la recompensa obtenida, sino a la anticipación de la recompensa (Schultz et al., 1997). Las apps aprovechan este circuito con su lógica de swipe: cada nuevo perfil activa una pequeña descarga de dopamina anticipatoria, como una máquina tragamonedas emocional.


Esto no sólo no fortalece el vínculo, sino que construye una relación adictiva con la búsqueda en sí misma, más que con las personas.





3. Comparación social y menor satisfacción



Incluso cuando encontramos a alguien con quien conectamos, el exceso de opciones anteriores (o futuras) puede generar una disonancia cognitiva: ¿habré elegido bien? Este fenómeno se llama “regret aversivo” y es más común cuando el proceso de decisión incluye muchas alternativas similares.



Sesgos implicados:



  • Comparación contrafactual (Kahneman & Tversky, 1984): Evaluamos lo que tenemos en función de lo que pudimos haber tenido.

  • Sesgo de maximización (Schwartz et al., 2002): Algunas personas tienden a buscar la mejor opción posible, no solo una suficientemente buena. Estas personas sufren más ansiedad, menos satisfacción y mayor arrepentimiento en decisiones románticas.




Neurociencia del arrepentimiento:



Estudios con fMRI muestran que el córtex orbitofrontal medial se activa ante decisiones que implican arrepentimiento, y esta actividad aumenta cuando hay múltiples opciones previas que podrían haber sido “mejores” (Camille et al., 2004).





4. Reducción del otro a objeto evaluable: la despersonalización del encuentro



Al convertir a las personas en perfiles con imágenes, frases y características destacadas, las apps promueven un tipo de vínculo regido por la economía del deseo instantáneo, en vez de la exploración subjetiva.



Aporte sociológico: Eva Illouz y el capitalismo emocional



Según Illouz (2007), el amor moderno está profundamente influido por las formas del consumo: las personas se vuelven “proyectos personales” que deben mostrarse atractivos, vendibles y actualizados. Las plataformas de citas reproducen esta lógica, haciendo que los sujetos sean “curadores de sí mismos” y “consumidores de otredades”.


“Las aplicaciones son catálogos de lo posible, pero no necesariamente lo habitable”.



Efecto neurocognitivo: falta de sincronía emocional



Estudios sobre regulación emocional interpersonal muestran que la sintonización afectiva (eye contact, tono de voz, microgestos) activa redes cerebrales implicadas en empatía y seguridad, como el sistema oxitocinérgico (Feldman, 2012). La ausencia de estos estímulos en la etapa de pre-encuentro puede favorecer una dinámica de desvinculación empática.





5. El algoritmo como espejo del yo narcisista



En muchas apps, el algoritmo aprende nuestros patrones de elección y nos presenta cada vez opciones más ajustadas… a nuestras preferencias conscientes. Pero esto limita el azar, la diferencia y la apertura a lo inesperado.



Efecto “túnel cognitivo”



Esto puede llevar a un fenómeno de sesgo de confirmación algorítmica, donde solo vemos lo que ya nos gusta, y perdemos de vista la diversidad afectiva y relacional que nutre vínculos reales. En términos neurocognitivos, esto refuerza circuitos automatizados (hábitos de elección) y reduce la plasticidad relacional.





Recomendaciones para un uso consciente (y más humano) de las apps



Basado en la integración de estudios neurocognitivos, psicología del apego y economía del comportamiento, te propongo las siguientes estrategias:



1. Limitá el número de matches y conversaciones activas



Esto reduce la carga cognitiva y permite una atención plena. La mente puede procesar relaciones de a una, no de a diez.



2. Pasá lo antes posible del chat al encuentro real



Los vínculos se construyen en el cuerpo. El contacto visual, el tono de voz y el lenguaje no verbal reactivan sistemas límbicos de resonancia interpersonal.



3. Elegí desde la intuición encarnada, no desde el perfeccionismo



La lógica del “mejor match posible” es insaciable. Mejor preguntate: ¿me sentí cómodo? ¿Hubo algo que me despertó curiosidad genuina?



4. Reconocé el costo de elegir



Elegir a alguien implica dejar ir otras opciones. Eso no es pérdida: es la condición para la presencia.





Conclusión



En la era del amor algorítmico, más no siempre es mejor. El exceso de opciones, lejos de empoderarnos, puede bloquearnos, angustiarnos y desconectarnos del otro… y de nosotros mismos. Conocer los mecanismos implicados es el primer paso para recuperar la libertad en la elección, no como consumo, sino como acto existencial.


Porque al final, lo que buscamos no es al “mejor” otro, sino a alguien con quien podamos ser menos evaluadores y más humanos.


 
 
 

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