
🎬 Adam Sandler, espejo sensible: por qué sus películas pueden ser terapéuticas
- Marcelo Gallo
- Jul 26
- 4 min read
“Todo hombre sensible sabrá… que nos reímos porque duele, y duele porque seguimos soñando.”
🪞 Las películas como espejos
Cuando miramos una película de Adam Sandler, no estamos viendo sólo comedias. Estamos entrando en una versión exagerada, distorsionada y luminosa de nuestras propias vidas. Espejos cóncavos y convexos que devuelven una imagen caricaturesca, pero fiel en su núcleo emocional.
Películas como El Sohan, Billy Madison, Click, Embriagado de amor (Punch-Drunk Love), Uncut Gems o esta última, Happy Gilmore 2, parecen bromas… hasta que dejan de serlo. Y entonces, sin que lo veamos venir, nos vemos reflejados ahí, entre lo ridículo y lo triste.
🧠 El poder terapéutico de una comedia absurda
Las películas de Sandler operan como una forma de exposición emocional lúdica. Nos presentan versiones de nosotros mismos que son:
Infantiles pero entrañables
Violentas pero justificadas
Vulgares pero vulnerables
Perdedoras pero esperanzadas
Ese desfase entre lo que se muestra y lo que sentimos abre una puerta a la autocompasión. Nos reímos de un tipo torpe que destruye todo a su paso… pero también nos duele, porque en algún punto somos él.
Es terapia, pero sin sillón.
🧞♂️
El Sohan
y la inversión del deseo
En You Don’t Mess With the Zohan, Sandler interpreta a un agente israelí que sólo quiere ser peluquero. Su cuerpo está entrenado para la guerra, pero su alma anhela belleza, tacto y afecto.
¿No es esa la metáfora perfecta del adulto moderno? Personas entrenadas para competir, ganar, resistir… pero que en el fondo sólo quieren tocar el pelo de alguien con ternura.
La película ridiculiza el deseo, pero también lo redime. Al hacerlo, nos invita a reconciliarnos con lo que realmente queremos, por más absurdo o infantil que parezca.
🏌️♂️
Happy Gilmore 2
y la reparación del héroe herido
En Happy Gilmore 2, Sandler encarna al héroe destrozado. No por una guerra, sino por un error: el golpe que accidentalmente mata a su esposa.
Pero lo que sigue no es penitencia solemne: es un camino hecho de humor, tropiezos y redención a través del cuidado del otro. Es un Ulises emocional que, en vez de volver a Ítaca, vuelve a jugar, para cumplir el sueño de su hija.
La risa es el camino. Pero la emoción es el destino.
🧗♂️ El viaje del héroe… con bermudas
Joseph Campbell nos enseñó que todo mito es un viaje del héroe. Pero Sandler nos enseña que ese viaje puede hacerse en bermudas, con una birra en la mano, y sin dejar de hacer chistes escatológicos.
Y aún así, hay un llamado. Hay caída. Hay transformación. Hay retorno.
Lo que hace que estas películas sean terapéuticas es que nos permiten identificarnos con alguien que fracasa de forma espectacular y sin elegancia, pero que no se rinde. Que se ríe de sí mismo. Que repara vínculos, aunque tarde, aunque mal.
✨ El espectador como protagonista
Cuando vemos a Sandler llorando en silencio (Click), cuidando sin saber cómo (Big Daddy), apostando su vida por una fantasía (Uncut Gems), o simplemente volviendo a la cancha roto y sin gloria, como en Happy Gilmore 2, algo se enciende en nosotros:
“Si él puede… yo también.”
Y ese “yo también”, dicho en voz baja, es donde empieza el cambio.
📝 Epílogo: carta a un espectador sensible
Querido lector,
si alguna vez te reíste con vergüenza viendo una película de Sandler,
si alguna vez dijiste “es una boludez” pero no pudiste dejar de verla,
si alguna vez pensaste en tus propios errores viendo los de él,
entonces sabé que eso también fue un acto terapéutico.
Y que, como en el final de Happy Gilmore 2,
puede que no recuperes todo,
pero si seguís jugando,
si lo hacés por amor,
puede que ganes lo único que realmente importa.
🪞 Ejercicio del día: “El swing de mi historia”
Una práctica de introspección con humor, ternura y verdad
Duración: 15–25 minutos
Requiere: papel/cuaderno o notas digitales, y un poco de honestidad
🥇 1. El error que me marcó (pero no me define)
En la película, Happy accidentalmente mata a la persona que más ama. No por maldad, sino por torpeza, por no saber medir su fuerza. Y sin embargo, no se queda ahí: elige reparar, aunque no haya redención total posible.
Escribí:
• Un error que todavía te duele, aunque haya sido sin intención.
• ¿A quién afectó ese error?
• ¿Qué aprendiste de él, si algo?
• ¿Qué parte de vos se avergüenza o quisiera esconder eso?
• ¿Qué parte de vos aún está intentando repararlo?
Podés dibujar un símbolo para ese error. No tiene que ser realista. Puede ser un “palo de golf emocional”. Algo que represente esa torpeza humana.
🎯 2. ¿Para quién juego hoy?
Happy vuelve al golf no por ego, sino para cumplir el sueño de su hija. El juego se vuelve cuidado.
Respondé:
• ¿Qué cosa hacés hoy que antes hacías por vos, y ahora hacés por alguien más?
• ¿A quién amás tanto como para seguir jugando, aunque estés cansado?
• ¿Cuál es el “ballet en París” de esa persona? ¿Qué sueña esa persona que te mueve a seguir?
👟 3. Mi atuendo ridículo
Sandler siempre está un poco desfasado: su ropa, sus gestos, su forma de hablar. Pero ahí radica su magia. No pide permiso para ser.
Escribí con humor (pero honestamente):
• ¿Qué parte de vos te hace sentir raro o ridículo frente a los demás?
• ¿Qué cosa te gusta pero te avergüenza mostrar?
• ¿Qué gesto o estilo propio podrías empezar a honrar en vez de esconder?
Podés escribirlo como si fuera el vestuario de tu personaje en una película. “Camina con medias de colores, hace chistes malos y no entiende los grupos de WhatsApp.”
🧃 4. Mi escena final (por ahora)
Imaginá que esta parte de tu vida es una película. No el final absoluto, pero sí el cierre de un acto. La música empieza. Vas a hacer ese último golpe con el palo.
Escribí:
• ¿Qué estás enfrentando hoy que requiere coraje?
• ¿Qué escena te gustaría que sea el clímax de este momento de tu vida?
• ¿Qué canción suena de fondo?
• ¿Qué palabras querrías que diga alguien que te ama, viéndote desde lejos?
✨ 5. Firma: “Todo hombre sensible sabrá…”
Cerrá el ejercicio con esta frase y completala:
“Todo hombre sensible sabrá que…”
Escribilo como un mantra, un afiche, un secreto compartido. Podés pegarlo en la pared o llevarlo en la billetera.



Comments