¿Por qué sentimos las notas graves en el cuerpo y las agudas en la cabeza?
- Marcelo Gallo
- Apr 27
- 4 min read
La música no sólo se escucha: también se siente.Cuando escuchamos un bajo profundo, un tambor vibrante o una nota grave sostenida, muchas veces percibimos que nuestro pecho resuena, que el abdomen vibra, o que incluso las piernas sienten esa pulsación.En cambio, cuando oímos notas agudas —como el trino de un violín, un silbido o un canto muy alto— la sensación es diferente: parece flotar hacia la cabeza, hacia la parte superior del cuerpo, o incluso más allá de nosotros mismos.
¿De dónde viene esta experiencia tan universal?¿Es sólo una cuestión de imaginación… o tiene base física y neurológica?
La respuesta es: tiene bases muy reales, tanto en la física del sonido, como en cómo nuestro cu
erpo y cerebro procesan las frecuencias.
Vamos a explorarlo juntos.
1. La Física del Sonido: Frecuencia, Longitud de Onda y Vibraciones
El sonido es, en esencia, vibración: ondas que se propagan a través del aire, el agua o los sólidos.Cada sonido tiene una frecuencia, medida en Hertz (Hz), que indica cuántas vibraciones por segundo ocurren.
Sonidos graves → frecuencias bajas (por ejemplo, 40 Hz, 100 Hz)
Sonidos agudos → frecuencias altas (por ejemplo, 2.000 Hz, 10.000 Hz)
Las ondas de baja frecuencia (graves) tienen longitudes de onda más largas y más capacidad de desplazar materia. Por eso, un subwoofer (los parlantes de bajos) hace vibrar paredes, pisos y cuerpos mucho más que un pequeño tweeter de sonidos agudos.
Ejemplo simple: en un recital, cuando suena el bombo del bajo o el "sub-bass", sentimos literalmente el golpe en el pecho. En cambio, cuando escuchamos un solo de guitarra agudo o una voz afinada muy arriba, no sentimos vibración física, sino una sensación más aérea o mental.
2. El Cuerpo como Resonador Natural
Nuestro cuerpo, hecho de agua, hueso y tejido, transmite mejor las frecuencias bajas.El agua y los sólidos son excelentes conductores de vibraciones graves.
Por eso:
Notas graves → hacen vibrar el pecho, el abdomen, la pelvis, las piernas.
Notas agudas → no logran mover físicamente el cuerpo de forma perceptible.
Esta propiedad física se potencia en ambientes como el agua: por ejemplo, cuando estás en una bañera, hacer vibrar tu garganta produce una sensación mucho más intensa de vibración corporal, sobre todo en los graves.Esto ocurre porque el agua amplifica la conducción de las frecuencias bajas.
3. El Cerebro y la Integración Multisensorial
No sólo la física explica la experiencia. Nuestro cerebro también interpreta el sonido en diálogo con el cuerpo.
Estudios como el de Beauchamp et al. (2008) mostraron que la percepción de sonidos graves se combina en el cerebro con sensaciones táctiles: áreas como la ínsula y la corteza somatosensorial activan respuestas corporales que hacen que sentir el bajo sea más que un simple fenómeno auditivo.
En otras palabras, para el cerebro:
Un sonido grave es también una sensación física.
Un sonido agudo es casi puramente auditivo y espacial.
Esto no es consciente: es parte del procesamiento automático que el sistema nervioso realiza para integrar lo que escuchamos, tocamos y sentimos.
4. Espacialización del Sonido: "Grave es abajo, Agudo es arriba"
Además de sentir los sonidos, los ubicamos en el espacio.
Experimentos como los de Neuhoff (2001) en "audición ecológica" demostraron que el cerebro asocia automáticamente:
Sonidos graves → a ubicaciones bajas (más cerca del suelo, del cuerpo, del centro de gravedad).
Sonidos agudos → a ubicaciones altas (hacia el cielo, hacia la cabeza, flotando).
Esto puede tener raíces evolutivas: en la naturaleza, los animales más grandes emiten sonidos más graves, y los sonidos agudos suelen venir de objetos o criaturas más pequeñas y lejanas.
En la vida cotidiana usamos estas metáforas sin pensar: decimos que un sonido "baja" o "sube", y en música hablamos de "notas altas" y "notas bajas".
Estas metáforas no son sólo lingüísticas: reflejan cómo realmente percibimos el espacio sonoro.
5. Algunos Ejemplos para Sentirlo en Tu Propio Cuerpo
Te propongo una mini experiencia:
Poné un tema con bajo muy profundo (por ejemplo, "Another One Bites the Dust" de Queen o cualquier track de reggae o música electrónica tipo dubstep).
Prestá atención: ¿Dónde sentís la vibración?(Muy probablemente, en el pecho, la panza o las piernas).
Luego:
Poné un tema de violín agudo o un canto muy alto (por ejemplo, un aria de ópera o un pasaje de música clásica como el de los violines en Vivaldi).
¿Dónde sentís ahora el sonido?(Es probable que lo sientas en la cabeza, como flotando por encima del cuerpo).
Esto es el fenómeno en acción: físico, neuronal y cultural, todo junto.
6. Bibliografía y Estudios Relacionados
Si querés profundizar más, te recomiendo estas fuentes:
Beauchamp, M. S., et al. (2008): Touch, sound and vision in human superior temporal sulcus.
Neuhoff, J. G. (2001): An adaptive bias in the perception of looming auditory motion.
Todd, N. P. M., & Cody, F. W. J. (2000): Vestibular responses to loud dance music: A physiological basis of the "rock and roll threshold"?
Lakoff, G., & Johnson, M. (1980): Metaphors We Live By (sobre cómo el lenguaje refleja la percepción física del sonido).
Conclusión: La Música es un Puente entre el Cuerpo y la Mente
La próxima vez que escuches música, probá prestar atención no sólo con los oídos, sino también con el cuerpo.
Los graves te conectan con tu fuerza vital, tu centro, la tierra.Los agudos te invitan a volar, a expandirte, a imaginar.
Cada nota resuena en vos porque sos un instrumento más dentro de la orquesta de la vida.Y entender cómo lo hace, no sólo es un dato curioso: es una puerta de entrada a sentir más profundamente.
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