Volver a empezar: neurociencia de la atención, la frustración y la mente de principiante (parte 2 )
- Marcelo Gallo
- May 10
- 2 min read
“La práctica no es otra cosa que volver, una y otra vez, con amabilidad.”— Jon Kabat-Zinn

ESCENA 1
Mindfulness: Te sentás. Inhalás. Exhalás. Un momento se abre entre el impulso y la respuesta.
Neurociencia: Se activa la corteza prefrontal dorsolateral, inhibiendo transitoriamente el sistema límbico. La amígdala evalúa posibles amenazas internas o externas, pero la red ejecutiva central toma el timón por un instante.
ESCENA 2
Mindfulness: Te das cuenta de que te fuiste. Pensaste en una conversación pendiente, en algo que dijiste mal.
Neurociencia: La red neuronal por defecto (DMN), asociada a la rumiación y el diálogo interno autorreferencial, toma protagonismo. Pero no es patológica: es parte de la conciencia narrativa. El truco está en no quedarse pegado.
ESCENA 3
Mindfulness: Nombrás lo que pasa. “Pensamiento.” “Recuerdo.” “Juicio.” Lo hacés con suavidad.
Neurociencia: Al etiquetar la experiencia, la corteza prefrontal ventrolateral modula la reactividad de la amígdala. Esta función de “reapraisal” o recontextualización verbal permite regular emocionalmente sin reprimir.
ESCENA 4
Mindfulness: Volvés a la respiración. Una y otra vez. No para hacerlo perfecto, sino para entrenar el volver.
Neurociencia: Cada vez que volvés al foco, reforzás la conectividad entre el córtex cingulado anterior (ACC) y la ínsula anterior. Este eje es clave para el control atencional y la conciencia interoceptiva.
ESCENA 5
Mindfulness: Sentís incomodidad. Te pica algo, te duele la espalda, te frustrás. Lo notás, pero no reaccionás.
Neurociencia: Se activa el sistema de alerta del tálamo y el locus coeruleus (sistema noradrenérgico). Sin embargo, la práctica sostenida de mindfulness fortalece el circuito de autorregulación entre la corteza orbitofrontal y la ínsula, permitiendo observar el malestar sin impulsividad.
ESCENA 6
Mindfulness: Aparece el deseo de irte. De dejar la práctica. Te decís: “esto no sirve”, “no soy bueno en esto”.
Neurociencia: Se dispara el eje de frustración, vinculado a la dopamina en el núcleo accumbens y la ínsula posterior. La expectativa no cumplida genera displacer. Pero si sostenés la atención, se activa el sistema serotonérgico del rafe dorsal, asociado a la paciencia y la contención.
ESCENA 7
Mindfulness: Volvés otra vez. Respirás. El cuerpo suelta un poco. No hay magia, pero algo se aquieta.
Neurociencia: El sistema parasimpático entra en juego. Baja la frecuencia cardíaca. El nervio vago dorsal transmite señales de seguridad. Se fortalece la plasticidad de redes integrativas entre el sistema somático, visceral y emocional.
Epílogo: La plasticidad de volver
Cada vez que volvés, incluso frustrado, estás entrenando algo que los estudios llaman resiliencia neurofuncional.No se trata de eliminar el malestar, sino de cambiar la relación que tenemos con él. No responder con fuga o lucha, sino con presencia. Con opción.
La mente de principiante no es una mente que no sabe. Es una mente que sabe volver sin rendirse, y un cuerpo que aprende a tolerar la activación sin colapsar.
Y eso no es magia. Es plasticidad.Es práctica.Es ciencia y ternura en diálogo constante.
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