
“ De frente manteca” y cómo salir de la trampa de la postergación con estas 3 películas de Bill & Ted.
- Marcelo Gallo
- Jun 16
- 6 min read
Bill & Ted —esos dos adolescentes despreocupados que viajan por el tiempo en una cabina telefónica— pueden servir como una metáfora poderosa y amable para hablar de algo muy real: el paso del tiempo, la maduración, y lo difícil que puede ser planificar el futuro cuando estás paralizado por la depresión, la procrastinación o simplemente el vértigo de crecer.
🎸 Bill & Ted y el viaje en el tiempo interior: una guía para quienes se quedaron esperando que el futuro se resuelva solo
Hay algo profundamente cierto en Bill & Ted’s Excellent Adventure: si pudieras hablar con tu yo del futuro, ¿te sentirías aliviado o abrumado?
Bill y Ted son adolescentes que no planean nada. Están por reprobar historia. No entienden cómo funciona el tiempo. Su única esperanza es que “de alguna forma todo saldrá bien”. Y lo curioso es que… gracias a una máquina del tiempo, efectivamente logran ver que el futuro existe, y que pueden participar activamente en él.
Pero eso es ciencia ficción.
En la vida real, cuando alguien se siente bloqueado, desmotivado o está en depresión, el futuro parece una amenaza, no una promesa. La planificación se convierte en un monstruo invisible: todo requiere energía que no está. Procrastinar se vuelve una forma de supervivencia momentánea, aunque duela después. Y en ese loop, no es raro fantasear con que el yo futuro venga a rescatarte. O con que algo, cualquier cosa, suceda que te saque de este presente.
Pero el viaje real no es hacia el pasado o el futuro. Es hacia adentro. Es preguntarte:
🔹 ¿Qué versión de mí estoy cultivando hoy?
🔹 ¿Qué tipo de adulto querría haber sido?
🔹 ¿Puedo imaginar una conversación amable con ese yo del futuro que ya atravesó esto?
En Bill & Ted Face the Music, muchos años después, vemos a estos dos personajes lidiar con la adultez. Sus sueños no salieron como esperaban. Siguen intentando salvar el mundo con una canción que no encuentran. Y sin embargo, ahí está la clave: la madurez no llega como una epifanía perfecta. Llega como una pequeña decisión cada día, como una canción que se compone a retazos.
Aprender a planificar no es solo llenar una agenda. Es aprender a convivir con la incertidumbre, con la lentitud, con las partes nuestras que todavía no están listas… y seguir. Aunque sea despacito.
Y si todo sale mal… quizás solo necesites una buena banda sonora.
Perfecto, vamos con la segunda película: Bill & Ted’s Bogus Journey (1991). Esta entrega es mucho más oscura y surreal que la primera: aparecen clones malignos, el infierno, la muerte como personaje literal, y una sensación de estar atrapados en una versión deformada de sí mismos.
Esto es ideal como metáfora para hablar de crisis de identidad, auto-sabotaje, el miedo a crecer, a fracasar, y la lucha interna entre la versión que queremos ser y la que tememos convertirnos.
Acá va una versión reflexiva, para blog o post largo:
☠️ Bogus Journey: cuando los peores enemigos sos vos mismo (pero con mullet y guitarra eléctrica)
La segunda película de Bill & Ted es rara. Muy rara. Pero también profundamente honesta, si sabés leerla entre líneas.
Esta vez, no viajan solo por el tiempo. Viajan al infierno.
Y no es cualquier infierno: es uno donde tienen que enfrentarse a versiones deformadas de ellos mismos. Clones malvados. Traumas infantiles. Momentos incómodos que se quedaron flotando en su memoria como pesadillas mal archivadas.
🪞 Es una película sobre la sombra. Sobre la parte de uno que no quiere crecer, pero tampoco quiere desaparecer.
El yo maligno de Bill y Ted —los “robots malos”— no quieren conquistar el mundo. Quieren reemplazarlos. Anular su posibilidad de ser mejores. Son literalmente su peor versión, dándose el lujo de destruir todo sin consecuencias.
¿No se siente un poco así cuando estás en crisis?
Como si una parte de vos tomara el control del cuerpo, saboteando tus vínculos, tu sueño, tu energía.
Como si estuvieras mirando desde afuera mientras alguien que se parece a vos toma decisiones que no entendés.
🌀 Bogus Journey nos muestra que para salir de ese infierno no alcanza con ser graciosos o simpáticos. Tienen que morir. Tienen que rendirse. Tienen que tocar fondo, en serio.
Y recién ahí aparece la muerte… y el juego.
Sí, la muerte es un personaje con guadaña que les propone una partida de Battleship. Y es ahí donde todo cambia.
💡 La salvación llega a través del vínculo, del humor, del juego, de lo inesperado.
Al final, Bill y Ted no derrotan al mal convirtiéndose en guerreros épicos. Lo hacen aceptando su rareza, su torpeza, su corazón adolescente. Tocando música, una vez más, aunque no sea perfecta. Aunque no estén listos.
Y quizás ese sea el mensaje:
🎸 Tu peor yo no se vence luchando, sino reconectando.
Con lo que te hace reír. Con tus amigos. Con lo que amás hacer aunque no lo hagas perfecto.
Con la versión tuya que todavía cree que puede hacer algo bueno.
🎸 Face the Music: cuando crecer no significa dejar de soñar, pero sí aprender a sostener
En Bill & Ted: Face the Music, los vemos años después. Dos hombres que fueron adolescentes eternamente postergando la adultez con riffs de guitarra y la promesa de una gran canción que salvaría al mundo.
Pero la canción no aparece.
Y eso duele. Porque ¿qué pasa cuando lo que juraste que ibas a hacer con tu vida… no se da?
Ellos siguen tocando, ahora en fiestas de casamiento, en cumpleaños. La gloria se volvió rutina. Y en algún rincón profundo, todavía están esperando que “el futuro los rescate”.
Como muchos de nosotros.
🌀 “Face the Music” no es solo el título. Es una consigna existencial.
Es enfrentarte con lo que hay: tus decisiones, tus aplazos, tu deseo de que la vida te premie solo por haber tenido buenas intenciones.
Pero la película no se burla de eso. Al contrario. Nos muestra que aún cuando no sale como esperabas, todavía podés hacer algo valioso. Incluso si la canción no es tuya. Incluso si lo mejor que hiciste fue abrirle el camino a alguien más.
Cuando estás en depresión o procrastinación crónica, tu día se llena de decisiones invisibles:
— ¿Miro esto o lo enfrento?
— ¿Lo dejo para mañana otra vez?
— ¿Quién quiero ser… y a qué parte de mí le creo hoy?
Face the Music nos da una alternativa sin cinismo:
🎶 la adultez puede doler, pero también puede ser una danza absurda, tierna, entre los errores que hiciste y la belleza que todavía podés ofrecer.
Porque a veces, madurar no es dejar de ser quien eras.
Es ser lo suficientemente valiente como para seguir tocando, incluso cuando no sabés si tu canción va a gustar.
🎸 EJERCICIO 1:
Bill & Ted’s Excellent Adventure
(1989)
“Visitantes del tiempo: entrevista con tu yo del pasado y del futuro”
Objetivo: estimular la planificación amable, reforzar identidad y sentido de continuidad.
Instrucciones:
Imaginá que te subís a una cabina del tiempo. Vas a visitar a dos personas:
Tu yo de 10 años (o la edad que prefieras de tu infancia).
Tu yo dentro de 15 años (que sobrevivió a lo que hoy te preocupa).
Escribí un diálogo breve con cada uno. Usá este formato:
¿Qué te dice tu yo del pasado cuando te ve ahora?
¿Qué cosas aún están vivas en vos que le encantaban?
¿Qué te pregunta tu yo del futuro?
¿Qué sabiduría sencilla te ofrece tu yo futuro?
Cerrá el ejercicio con esta frase:
“Hoy soy el puente entre quien fui y quien voy a ser. No necesito tener todo resuelto. Solo necesito seguir tocando.”
☠️ EJERCICIO 2:
Bill & Ted’s Bogus Journey
(1991)
“Tu clon maligno: el mapa de tu sombra”
Objetivo: reconocer las partes auto-saboteadoras sin pelearse con ellas; integrar con autocompasión.
Instrucciones:
Imaginá que un clon maligno toma tu lugar por 24 horas.
¿Cómo actúa?
¿Qué cosas dice en tu nombre?
¿A quién lastima o ignora?
¿Qué decisiones toma que sabés que te perjudican?
Ahora escribí una carta a ese clon. Podés empezar así:
“Sé que no venís a destruirme, aunque a veces lo parezca. Sé que estás cansado, enojado, o con miedo. Pero no quiero dejarte conducir solo.”
Escribí tres formas en que podés hablar con esa parte sin dejarle el volante.
Pueden ser frases, gestos, límites o rituales. Ejemplo: “Cuando sienta que mi clon quiere aislarme, voy a escribirle una carta antes de esconderme.”
🎶 EJERCICIO 3:
Bill & Ted Face the Music
(2020)
“Tu canción todavía no escrita”
Objetivo: reconectar con propósito, ternura y posibilidad de influencia incluso desde el caos.
Instrucciones:
Escribí el título de “tu canción que todavía no escribiste”. Puede ser literal o simbólica. Ejemplo: “La canción para cuando todo se siente perdido”.
Imaginá que esa canción existe. Respondé:
¿A quién ayudaría?
¿Qué sentirían quienes la escuchen?
¿Qué instrumentos suenan en ella? (Podés asociarlo a cualidades tuyas: guitarra = calidez, batería = energía, etc.)
Ahora hacé una lista de 3 cosas pequeñas que podrías hacer esta semana que sean como una “nota” de esa canción.
Ejemplo: “Mandar ese mensaje pendiente”; “salir a caminar con una canción que me levante”; “escribir algo para alguien que esté pasando lo que yo pasé”.
Cerrá este ejercicio con esta frase:
“Tal vez mi canción no sea perfecta, pero aún puede hacer bien. Y empieza hoy, con una sola nota.”
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