¿Cómo la ansiedad puede llevar a la depresión?
- Marcelo Gallo
- Apr 19
- 3 min read
Una mirada desde la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT)
Muchas personas que experimentan ansiedad de forma prolongada terminan sintiéndose atrapadas en un estado de desgano, vacío o desconexión. En palabras más comunes: pasan de un estado de sobreactivación constante a una depresión. Desde el modelo de la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), esto no se da por azar, sino por un patrón comprensible: intentamos escapar del malestar, pero en el intento nos vamos alejando de la vida que queremos vivir.
La trampa del control
Cuando sentimos ansiedad, nuestra mente intenta protegernos. Nos bombardea con advertencias, nos mantiene en alerta, nos dice todo lo que podría salir mal. Naturalmente, buscamos controlar estas sensaciones: distraernos, racionalizar, evitar situaciones, esforzarnos por pensar "positivo".
Este impulso de control experiencial —tratar de reducir, suprimir o eliminar pensamientos, emociones o sensaciones internas— es comprensible. Nadie quiere sufrir. Pero en muchos casos, estos intentos fracasan o incluso empeoran la situación.
Evitación experiencial: cuando vivir se vuelve escapar
La evitación experiencial aparece cuando dejamos de hacer cosas valiosas para evitar sentirnos mal. Tal vez dejamos de ir a reuniones sociales por miedo al juicio. O no nos animamos a emprender algo nuevo por temor al fracaso. O simplemente evitamos quedarnos quietos, porque cuando paramos, aparece el malestar.
Al principio puede parecer que "funciona": me ahorro el miedo o la incomodidad. Pero con el tiempo, esta estrategia nos aleja de experiencias significativas. Nuestro mundo se achica, dejamos de elegir y empezamos a reaccionar. Lo que parecía una solución se convierte en una jaula.
La depresión como empobrecimiento del repertorio vital
En ACT no se ve la depresión solo como una emoción o un síntoma, sino como un empobrecimiento del repertorio conductual: la persona deja de hacer lo que le importa, lo que la conecta, lo que le da sentido. La vida se vuelve una lista de “cosas que ya no hago”.
El resultado es una desconexión progresiva: de los valores, del cuerpo, de las relaciones, de la vitalidad. No porque la persona no quiera vivir mejor, sino porque ha estado luchando con todas sus fuerzas contra su propio mundo interno.
¿Y si el problema no fuera el malestar en sí, sino la lucha contra él?
ACT nos invita a cambiar el paradigma: en lugar de seguir peleando con lo que sentimos, podemos aprender a hacer espacio, a relacionarnos con nuestras experiencias internas de otra manera.
Aceptar no es resignarse. Es dejar de gastar energía en una lucha interminable para poder usar esa energía en movernos hacia lo que sí importa: vínculos, proyectos, creatividad, descanso, sentido.
Un camino de regreso a la vida
El pasaje de la ansiedad a la depresión suele estar marcado por la evitación y el agotamiento. Pero también puede ser el punto de inflexión donde uno empieza a preguntarse: ¿Qué quiero cuidar? ¿Qué me importa más allá del miedo?
ACT no busca eliminar el malestar, sino ayudarnos a construir una vida que lo incluya sin que lo domine. Con presencia, compasión y compromiso, es posible salir del círculo de lucha interna y volver a habitar una vida más libre y significativa.
🌀 Ejercicio breve: Haciendo espacio al malestar
Este es un ejercicio para practicar algo muy distinto a lo que solemos hacer con las emociones difíciles: en vez de evitarlas o luchar contra ellas, vamos a intentar hacerles lugar, aunque sea por un momento.
🪑 1. Elegí una posición cómodaSentate con la espalda recta, pero sin rigidez. Dejá que tus hombros caigan naturalmente y apoyá los pies en el suelo. Cerrá los ojos si te ayuda.
🌫 2. Notá qué está presente ahora mismoLlevá la atención a tu cuerpo. ¿Qué sensaciones físicas hay? ¿Alguna tensión, cosquilleo, presión? ¿Dónde se sienten?Ahora preguntate: ¿Qué emoción está más presente en este momento? Tal vez sea ansiedad, frustración, tristeza… o quizás solo una sensación de inquietud difícil de nombrar.
💭 3. Nombrá sin juzgarPodés decir internamente: “Estoy notando una sensación de ansiedad en el pecho”, o “Aparece una preocupación en mi mente”.No hace falta analizarla ni entenderla del todo. Solo reconocela, como si le abrieras la puerta a un visitante inesperado.
🌬 4. Hacé espacio con la respiraciónImaginá que tu respiración rodea esa sensación con suavidad. Como si le hicieras lugar en tu interior sin que tenga que irse. Respirás y le decís, sin palabras: Podés estar acá. No voy a luchar con vos en este momento.
🧭 5. Elegí un pequeño gesto hacia lo que te importaAhora, preguntate: A pesar de esto que siento… ¿cuál es un gesto pequeño que puedo hacer hoy hacia algo que me importa?No tiene que ser grande. Puede ser mandar un mensaje, salir a caminar, escribir algo, pedir ayuda, o simplemente darte un rato para descansar.
✨ Este es el corazón de ACT: aprender a llevar lo que sentimos con nosotros, sin que nos impida movernos hacia una vida con más sentido.
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