
Acción y No-Acción: Neurociencia de los circuitos Go / No-Go y su entrenamiento en el cuerpo y la atención
- Marcelo Gallo
- Jun 27
- 3 min read
Introducción
¿Cómo regula el cerebro nuestras decisiones de actuar o detenernos? ¿Qué redes están implicadas cuando meditamos, practicamos yoga o bailamos? En este artículo exploramos la arquitectura cerebral detrás de los circuitos Go y No-Go, su relación con las redes cerebrales funcionales observadas en fMRI, y cómo distintas prácticas —desde la contemplación Zen hasta el acroyoga— entrenan estas funciones ejecutivas profundas.
1. Los circuitos Go / No-Go: la base de nuestra
autorregulación
Los circuitos Go / No-Go son componentes esenciales de los circuitos fronto-estriatales, que gestionan la selección o inhibición de conductas. Son modulados por la dopamina y por regiones corticales específicas.
Circuito Go: facilita la acción. Se activa cuando decidimos iniciar una conducta.
Estructuras clave: corteza prefrontal dorsolateral (dlPFC) → estriado → inhibición del globo pálido interno → desinhibición del tálamo → activación motora.
Receptor dopaminérgico principal: D1.
Circuito No-Go: inhibe la acción. Se activa cuando decidimos no actuar, o resistimos un impulso.
Estructuras clave: corteza prefrontal ventrolateral (vlPFC) → estriado → inhibición del globo pálido externo → activación del núcleo subtalámico → mayor inhibición del tálamo → supresión de acción.
Receptor dopaminérgico principal: D2.
2. Lo que revela la fMRI: redes cerebrales y meditación
La resonancia magnética funcional (fMRI) nos permite observar la actividad cerebral en tiempo real. En meditadores, se ha documentado:
🔹 Activación de la CEN (Central Executive Network):
Corteza prefrontal dorsolateral (dlPFC)
Corteza parietal posterior
Asociada con atención sostenida y control inhibitorio (No-Go adaptativo).
🔹 Disminución del acoplamiento con la DMN (Default Mode Network):
Corteza prefrontal medial, precuneus, hipocampo.
Asociada con rumiación, pensamiento autorreferencial, “piloto automático”.
🔹 Activación de la SN (Salience Network):
Ínsula anterior, corteza cingulada anterior.
Identifica estímulos relevantes y cambia dinámicamente entre la CEN y la DMN.
📚 Brewer et al. (2011); Hölzel et al. (2011); Tang et al. (2015)
3. Prácticas que entrenan el circuito No-Go: contemplación y pausa consciente
🧘 Zen, Zazen y meditación mindfulness
Entrenan la capacidad de observar sin actuar, fortaleciendo el control inhibitorio.
Involucran la dlPFC, la vlPFC, el ACC y la ínsula anterior.
Favorecen un estado de tono vagal alto (parasimpático) que permite seguridad sin pasividad.
Efecto: mayor capacidad de elegir cuándo actuar y cuándo no, sin reactividad automática.
4. Prácticas que entrenan el circuito Go: acción dirigida y fluida
💪 Yoga, acroyoga y flow
Estas prácticas activan:
Corteza motora y premotora
Área motora suplementaria
Red de acción motora + CEN
En el acroyoga, por ejemplo, hay además una fuerte implicación de la SN (para coordinación interpersonal en tiempo real) y de la interocepción (para regular el tono muscular y respiración conjunta).
🕺 Danza, deporte, entrenamiento funcional
Requieren decisiones rápidas, control postural y flexibilidad conductual.
Activan el circuito Go, pero con feedback sensorial continuo, modulando también el circuito No-Go.
Favorecen un estado de dopamina tónica elevada → motivación sostenida sin compulsión.
El estado de “flow” puede describirse como activación máxima del Go con regulación automática del No-Go, gracias a la sincronía entre intención y acción.
5. Hacia una práctica integral
Una regulación saludable requiere de ambos circuitos:
Función | Circuito | Prácticas asociadas |
Acción intencionada | Go | Yoga dinámico, deporte, danza, flow |
Inhibición adaptativa | No-Go | Zen, mindfulness, SACEN, escritura contemplativa |
Equilibrio dinámico | Go / No-Go integrados | Yoga restaurativo, surf, respiración consciente en movimiento |
En términos evolutivos, no es solo la capacidad de actuar lo que nos distingue, sino la capacidad de no actuar cuando el impulso no es funcional.
Conclusión
Comprender el cerebro como un sistema que alterna entre hacer y no hacer, entre actuar y detenerse, nos permite diseñar prácticas corporales y contemplativas más efectivas. Ya sea en el silencio compartido del SACEN o en la danza intuitiva, estamos entrenando circuitos neurofuncionales profundos que modelan nuestra capacidad de vivir con más libertad y menos automatismo.
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